El gofio

El gofio es herencia directa de la tradición del pueblo aborigen, los guanches. Se trata de una harina elaborada a partir de cereales tostados, sobre todo, cebada, trigo y maíz, y, excepcionalmente, algunas legumbres como garbanzos o habas.

El gofio suele acompañar a algunos de los potajes, así como, amasado o en escaldón, al puchero canario o a la cazuela de pescado. Su uso más extendido es en el desayuno, donde el gofio vuelva a alcanzar protagonismo por tratarse de un producto de cereales clásicos, natural, de un sabor agradable y, por sus valores nutricionales, dentro  de una cocina mediterránea, saludable y dietética cada vez más en alza.

También se emplea como postre, mezclado con leche, miel, almendras y pasas. En los últimos años se ha aprovechado su riqueza y sabor incorporándolo a otros ingredientes en la elaboración de licores, helados, turrones y otros platos de repostería.

 

 

Las Papas

En Costa Adeje, como en el resto de las Islas Canarias, se sigue denominando como “papa”, a lo que en el resto de España se conoce como “patata”. Ese nombre de papa es el original americano y con el que este tubérculo llegó a la isla procedente del área andina.

Las papas hicieron escala en Canarias antes de proseguir su extensión por Europa. De aquel contacto quedó una importante herencia que hoy puede apreciarse en una treintena de variedades, la gran mayoría con origen en los Andes americanos, todas ellas incluidas en el grupo que se ha dado en llamar “papas de color”.

La cocina tinerfeña tiene en la papa a uno de sus principales aliados. Está presente en los potajes, pucheros, cazuelas y, sobre todo, acompaña a carnes y pescados. Una de sus elaboraciones más singulares y autóctonas es “arrugada”, en la que es cocida con su piel y en agua muy salada. Las llamadas “papas negras” que sólo se producen en Tenerife y también  las “papas bonitas” sobresalen por su exquisito sabor y calidad entre las variedades más antiguas que se conocen en las isla.